No deja de ser significativo que la inmensa mayoría de los primeros estudios y trabajos realizados sobre Falange Española a nivel nacional hasta la fecha hayan dedicado su contenido o bien al carácter de historiar el nacimiento y desarrollo a modo de atlas cronológicos de las diversas etapas de Falange o bien al análisis, interpretación y comentario de la obra literaria, discursos y escritos, del que fuera su principal instigador José Antonio Primo de Rivera y Sáez de Heredia.
A tal efecto es conveniente traer a colación las palabras escritas en su día por Eduardo Álvarez Puga “Resulta extraño la poca atención que entre los escritores españoles ha merecido el tema de la Falange”. Los pocos libros que sobre ella se han editado en España son más emotivos y apasionados que racionales”[1], insiste Álvarez Puga indicar en ello que “es indiscutible que sin el conocimiento del fenómeno falangista nos será muy difícil comprender, en su exacta dimensión, la actual coyuntura política española”[2]
La historia de Falange Española de las J.O.N.S. tiene, sin embargo, o debería tener el suficiente interés como para que se vayan realizando y publicando estudios pormenorizados que den testimonio de lo que fue la realidad, dificultosa realidad cercenada y truncada desde casi sus mismos inicios.
Pues bien, por suerte para el desarrollo historiográfico y en aras de la comprensión de la realidad de lo que pretendió ser y que por desgracia para sus instigadores no llegó a alcanzar buen puerto, nos referimos a la Falange, como movimiento político genuinamente español surgido del ideario más poético que político de José Antonio Primo de Rivera, Julio Ruíz de Alda y Alfonso Garcia Valdecasas y posteriormente proletarizado por las aportaciones de Ramiro Ledesma y Onésimo Redondo en la ya transformada Falange Española de las J.O.N.S.
Se observa cómo a partir de la última década del siglo pasado se empiezan a realizar y publicar investigaciones y estudios basados en las exiguas y complicadas, en su localización, documentaciones de carácter local que nos sirven para adentrarnos en los entresijos y en lo que debemos considerar la verdadera historia de Falange.
Observamos como se va produciendo a nivel historiográfico, durante los últimos tiempos, una gran cantidad de estudios e investigaciones sobre la realidad cotidiana y local del movimiento político que, como se observara, carente de la presencia de su Junta de Mando en los momentos más cruciales de la existencia del movimiento político, los unos encarcelados y los otros caídos en los primeros días del levantamiento militar, se iba alejando, por consecuencia de unas necesidades más militares que políticas, de su ideario revolucionario nacionalsindicalista.
Abandonada, traicionada y utilizada con otros fines, insistimos en ello, dadas las circunstancias de los trágicos momentos, con la perentoria necesidad de la creación de un armazón ideológico que diera forma política y sustento a un Estado surgido tras el fracaso pacial del golpe militar del 17 de julio de 1936 e instaurado a partir del 1 de octubre del mismo año y definitivamente consolidado tras la victoria del 1 de abril de 1939.
Situados en este panorama nos encontramos que, con la aparición, más amplio y cercano a la realidad de las dificultades del día a día con que se fue encontrando la Falange en sus inicios, de estos análisis anteriormente señalados que nos demuestran una realidad muy diferente a la que hasta la fecha se ha venido, en muchísimos casos de forma intencionada e interesada, dando a los fines originarios de lo que se pretendía fuera el movimiento político falangista.
En dicha tarea, por suerte, nos encontramos con la presencia de investigadores, en muchísimos casos alejados de la influencia ideológica falangista, que dedican esfuerzos y trabajos en presentar de forma documentada la verdadera realidad de la Falange.
De forma cronológica a la fecha de sus publicaciones y a modo de ejemplo podemos citar los trabajos de Xose Manuel Núñez Seixas[3], Antonio Calzado Aldaria y Ricard Camil Torres Fabra[4], Joan María Thomas Andreu[5] José Antonio Parejo Fernández[6] o Alfonso Lazo Díaz[7] como algunos de los nuevos investigadores y estudiosos de la realidad local falangista a nivel nacional.
Pues bien, tal como señalamos, si sobre la investigación a nivel nacional está resultando mucho más atractiva e intensa, no ocurre así a nivel de la historiografía local de Mallorca donde podemos establecer que en el ámbito insular resulta totalmente nulo el interés entre los investigadores actuales por desentrañar el origen y desarrollo de la Falange mallorquina en su breve y turbulento periodo de existencia; de quienes y cuantos fueron en sus orígenes y de cómo y porqué de ser un minoritario grupo, perfectamente controlado y reprimido constantemente por las autoridades gubernamentales republicanas sobre todo desde la llegada al poder del Frente Popular de Izquierdas en abril de 1936, pudo convertirse en un fuerte polo de atracción convocando a filas una impresionante masa de afiliados derivados desde los más diversas tendencias de la extrema derecha y derecha mallorquina.
Al igual que la matriz nacional, la Falange primigenia mallorquina nace a mediados del último semestre de 1933 y desaparece definitivamente como tal a consecuencia del Decreto de Unificación número 255 del 20 de abril de 1937.
Se crea en Palma el primer núcleo militante como Falange[8] de forma oficial el 19 de febrero de 1934 y se consolida como Falange Española de las J.O.N.S. tras la fusión de ambos movimientos a nivel nacional entre los meses de febrero y marzo del mismo año.
Pues bien, tal como indicamos los estudios sobre Falange en Mallorca pocos o nulos son; de forma cronológica podemos señalar el de Alfonso de Zayas y Bobadilla[9] en 1955, una breve mención de Joan Oliver Araujo[10] en 1986 y la de la tesis de Ramón Morote Pons[11] en el año 2000.
La primera de ellas, la del marqués de Zayas, constantemente consultada, señalada y utilizada en las fuentes bibliográficas de los investigadores actuales es considerada como la biblia sobre el falangismo mallorquín, es por así decirlo el único referente histórico supuestamente contemporáneo a los hechos acaecidos fruto de uno de los testigos directos de los mismos, al que pocas lecturas analíticas y críticas, por no decir ninguna, a pesar de la constatación de sus múltiples lagunas, se le han dedicado, dando por buenos los datos aportados por el marqués de Zayas sin que se conozcan investigaciones recientes ni lecturas críticas sobre la exactitud y realidad de los datos expresados por el mismo.
Insistiendo sobre el papel que se la ha conferido al tomarse como el autor de la verdad absoluta e irrefutable en todo su contenido, el cual, a estas alturas de nuestra investigación debemos establecer como bastante, por no decir muy alejada de la realidad y con abundantes lagunas y olvidos[12] conocidos, asumidos y no investigados ni contrastados.
Una pincelada sobre el rigor expresado sobre la obra de Zayas la encontramos en la apariencia de que el autor fía más en su memoria que en la consulta de fuentes que en la época de su edición seguro que existían en abundancia: recordemos que la Historia de la Vieja Guardia de Baleares se publica en 1955 como una relación de los falangistas mallorquines anteriores al 19 de julio de 1936.
Y que, insistiendo en su contenido, sin entrar a valorar la situación personal del autor dentro de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., en el momento de su edición, ya transformado en Movimiento Nacional, insistimos en ello, además de su posición real, el autor por no consultar, da claras muestras de obviar una serie de fuentes existente las cuales le habrían podido dar la realidad de la Falange en los meses previos a julio de 1936 concretamente nos referimos a la consulta de los Libros de Registro de Afiliados de las diversas JONS locales[13] o lo establecido en la normativa resultante de la creación de la denominada Junta Central de Recompensas y Distinciones de F.E.T. y de las J.O.N.S.[14] así como lo publicado en el que debemos considerar principal órgano oficial como fue el Boletín del Movimiento de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S.[15]
Nos encontramos pues, frente a un trabajo que da la impresión de ser realizado en honor y gloria a un supuesto pasado personal más que a la realidad histórica del movimiento político del que fue Primer Jefe provincial.
Zayas establece una mezcolanza entre falangistas y viejas guardias, o si se prefiere entre camisas nuevas y Vieja Guardia que en algunos casos llevan a la confusión y que por olvidar, olvida a la militancia de la que por número debía ser el máximo exponente de afiliación, nos referimos lógicamente a la JONS de la capital insular.
Llegando a proporcionar un número de falangistas que se nos antoja bastante, por no decir muy alejado del que en realidad llegó a ser, señalar que el marqués de Zayas habla de 1178[16] afiliados en las JONS locales antes del 19 de julio de 1936 a los cuales deberíamos añadir los afiliados pertenecientes a la citada JONS de Palma, sobre los que apenas dedica referencia alguna, ni en nombres ni en número tal como anteriormente señalamos.
La segunda, el trabajo de Ramón Morote aborda más, tal como su propio título nos indica, el aspecto sociopolítico del movimiento que, a su realidad ideológica y numérica de afiliación, si bien es el que se aproxima mucho más a las fuentes documentales existentes en la actualidad, centrando sus investigaciones en los aspectos de edad y profesión, así como a las cuotas pagadas y a la procedencia política anterior de los afiliados.
Puestos en antecedentes sobre la realidad historiográfica local y sobre la oportunidad perdida para obtener referencias más reales sobre el número exacto de falangistas de primera hora y sin ser el motivo de este escrito, el siguiente paso sería establecer la diferenciación entre los afiliados de primera hora, llamados por el nuevo lenguaje y testimonio político y los llegados como consecuencia de la evolución de los hechos posteriores que abocaron en el aluvión de “nuevos falangistas” o “camisas nuevas” y nos referimos con ello a lo ocurrido en Falange a partir de los resultados de las elecciones de febrero de 1936 y sobre todo como consecuencia de la fracasada asonada militar del 17 de julio desembocada a partir de agosto del mismo año en Guerra Civil.
Es evidente que debemos establecer un momento cronológico a partir del cual situar la diferenciación entre la llamada consecuencia de la ideológica nueva doctrina política, el nacionalsindicalismo y los llegados como consecuencia de la frustración de los caducos partidos conservadores y sobre todo por el desarrollo de las acciones derivadas de la intervención de los militares en respuesta y reacción a la persecución desarrollada contra la misma República y contra los partidos ya fueran monárquicos o republicanos no situados dentro del denominado Frente Popular de Izquierdas, contra la Iglesia católica y sus practicantes y contra los militares.
La publicación del Decreto del 10 de marzo de 1942 en el número 139 del Boletín del Movimiento de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. mediante el cual se creaba la Medalla de la Vieja Guardia “para los militantes con anterioridad al 16 de febrero de 1936 en los partidos unificados” establece explícitamente la creación de “un emblema muestra de recuerdo, estimulo y recompensa” e implícitamente nos señala el reconocimiento del carácter político diferenciador del movimiento nacionalsindicalista para con los militantes de primera hora de Falange a la vez que nos establece el corte desde el cual partir para conocer la consideración de los falangistas como Vieja Guardia o como Camisa Nueva.
Es evidente que si queremos adentrarnos en la realidad de la génesis doctrinaria y de la pureza ideológica nacionalsindicalista debemos partir desde una división o fecha clara siendo evidente que ninguna otra mejor es que la que se establece el 16 de febrero de 1936 con los resultados que dieron el supuesto triunfo al denominado Frente Popular de Izquierdas y que a su vez nos permitiría hablar de un antes y después en el desarrollo falangista.
Es a partir de este triunfo, supuesto y debatido, electoral del Frente Popular de Izquierdas que a día hoy es puesto en duda y cuestionado por diversos investigadores al respecto surgidos en los últimos tiempos; traigamos a colación la reciente obra de Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García[17] cuando se inicia la fuerte persecución y represión gubernamental sobre el movimiento nacionalsindicalista y con ello se llega al descabezamiento de la cúpula directiva o Jefatura Nacional de Falange dificultando su normal desarrollo en los momentos más cruciales de la historia reciente de España.
Durante el transcurso de tiempo comprendido entre el 16 de febrero y el 17 de julio de 1936 son constantes las actuaciones gubernamentales propiciadas desde el Gobierno del Frente Popular contra los dirigentes y el propio partido, con constantes detenciones y encarcelaciones, así como la clausura de locales falangistas que ni tan siquiera las diferentes sentencias de absolución emitidas hicieran menguar el ímpetu represor con escaso o nulo efecto en la diminución sobre la voluntad persecutoria y represora puesto que tanto el Tribunal de Urgencias de la Audiencia de Madrid el 30 de abril de 1936 y posteriormente confirmada y ratificada por la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Recordemos como el propio José Antonio Primo de Rivera es detenido el 14 de marzo de 1936 y que ya no pisaría la calle. Puesto que, por orden y disposición gubernativa bajo la influencia de Casares Quiroga, permanecería junto a otros componentes de la Junta de Mando como preso preventivo y que desde la Cárcel Modelo de Madrid pasaría a la Cárcel de Alicante donde la madrugada del 20 de noviembre de 1936 y en el patio de la enfermería seria pasado por las armas frente a un pelotón que se apresuró en la ejecución de la misma y en la no espera del preceptivo enterado de la sentencia por parte del Gobierno según se deriva de lo escrito por José María Zavala Chicharro[18]
Es evidente que esta situación de persecución y represión se generalizó a nivel nacional, claros ejemplos los hallamos en los citados anteriormente en relación con el movimiento falangista y su Junta de Mando Nacional y que tal como explica José Antonio Parejo Fernández[19] se exportaría a niveles provinciales y obviamente hacia el resto de Jefaturas Provinciales incluida la de Baleares, como lo constata la existencia del telegrama del Ministro de Gobernación de fecha 20 de marzo de 1936, que conllevó a la detención de la Junta Local de Mando en Palma, según consta en el oficio remitido de fecha 23 de marzo del mismo año por el Comisario Jefe al Excelentísimo Señor Gobernador Civil de la provincia.[20]
Ambiente generalizado de persecución a nivel nacional que deprimiría a la vez que dificultaría la organización del movimiento político falangista, insistamos en que la fuerte presión represiva gubernamental del Frente Popular obligaría a un complicado trabajo de proselitismo dentro de la clandestinidad forzada que a su vez lastraría el crecimiento de la organización huérfana de sus jefes tanto a nivel nacional como provincial.
Es esta coyuntura la que nos puede explicar cómo las dificultades inherentes a tal circunstancia producen un corte claro y evidente en dos periodos diferenciados en el desarrollo del crecimiento de la afiliación dificultando la militancia doctrinal. El primero de ellos, el que consideramos como el más puro y genuino dentro de la ortodoxia doctrinal producido por el poder de atracción y convicción del nuevo lenguaje nacionalsindicalista, que ocuparía el espacio que entre 15 de febrero de 1934 fecha de la creación oficial de Falange Española y de las J.O.N.S. y el 16 de febrero de 1936 en el que tuvo lugar la considerada primera vuelta de las elecciones legislativas, con el polémico triunfo del Frente Popular de Izquierdas. Y el segundo, en el cual se crea la atracción motivada entre el desengaño, sobre todo por los integrantes de las organizaciones juveniles, ante la actitud política adoptada de los partidos políticos de centro y derecha, que transcurriría entre el 16 de febrero y el 17 de julio de 1936.
Dentro de la dificultad que representa para el trabajo de investigación la carencia de documentos oficiales como sería la posibilidad de consulta del Libro de Registro de Afiliados de la JONS de Palma y derivado del contenido de las documentaciones de registro arriba mencionadas ciñéndonos a la literalidad de la orden de creación de la Medalla de la Vieja Guardia los primeros 15 falangistas con pleno derecho a ser considerados miembros de la Vieja Guardia serían: Bartolomé Barceló, Alfonso de Zayas, Antonio Nicolau, Juan Sureda, Francisco Borras, Nicolás Garau, José Francisco Moragues, Fernando Serrano, Bartolomé Cirer, Juan Llado, Jaime Ramis, José Rosselló, Rafael Moragues, Manuel Santos y Juan Caldentey según constan en el libro de actas de la reunión celebrada el 12 de marzo de 1934.[21] A estos 15 primeros debemos añadir a Jaime Mulet y Pedro Juan Pujol que junto a Bartolomé Cirer[22], ya citado entre los primeros, en fecha del 19 de febrero firmaron el escrito de solicitud de inscripción en el Registro de Asociaciones del Gobierno Civil de Palma, alcanzando la cifra de 17 falangistas.
A fecha de hoy es constatable en relación con la documentación existente la creación de dos únicas Jefaturas Locales o JONS como anteriormente indicamos la de Palma y la de Llucmajor, es evidente que si hubieran existido otras constaría dentro de los documentos de registro correspondientes al Gobierno Civil existente en el Archivo del Reino de Mallorca, pese a lo indicado por Zayas en su libro[23] que a ojos de la investigación se convierte en la intención de magnificar la dinámica de un crecimiento bastante exagerado en el número de falangistas, en la afiliación y militancia alejándose de la realidad impuesta por las documentaciones hasta la fecha consultadas[24], transcurren así los años 1934 y 1935 sin mayor transcendencia que una lenta labor de proselitismo y captación de afiliados.
A los anteriormente citados como 17 primeros falangistas y fundadores de la organización en Mallorca, y a tenor de los datos localizados, debemos añadir a los siguientes 17 afiliados al movimiento: Fernando Cotoner Cotoner, Luis Cotoner Cotoner, Pedro Cotoner Cotoner (16/01/1934) José Luis Cerdá Bisquerra (16/02/1934) Juan Crespí Nicolau (19/02/1934) Bernardo Bordoy Salas (28/02/1934) Francisco Bosch Colom (09/03/1934) Antonio Garau Garau y Nicolas Garau Garau (12/03/1934) Juan Barbera Puig y B. Colom (11/04/1935) Bartolomé Fullana y Carlos Garrido (13/04/1935) Joaquín Casasnovas Falconer (03/05/1935) Pablo Chimelis Pol (11/05/1935) Miguel Gascón Cano (14/01/1936) y Ricardo Miret Ferrer (30/01/1936)[25] con lo cual el número documentado hasta la fecha asciende a un total de 34 en la JONS de Palma
A tenor de lo señalado por el anteriormente citado Decreto del 10 de marzo de 1942 publicado en el Boletín del Movimiento de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., reconociendo la antigüedad en la afiliación con anterioridad al 16 de febrero de 1936 como condición necesaria y en lo que hace referencia a la primera de las JONS establecida en Mallorca, quedaría establecida en un total de 34 afiliados, es decir la suma de los 17 primeros falangista fundacionales más los incluidos e indicados 17 de la segunda relación.
A nivel provincial se entra en un interminable baile de cifras y en el número de los falangistas mallorquines, de los cuales nada se sabe de los de Palma, todo lo cual no ayuda en absoluto a establecer la realidad numérica de los afiliados; Zayas nos habla de 1178[26] y Mascaró Pasarius de 1218[27] en una mezcolanza entre Vieja Guardia y falangistas, obviando eso si la realidad de la que por antigüedad y ubicación podría presentar mayor número de afiliados como sería la de Palma.
En cuanto a la realidad sobre el verdadero número de falangista de Palma y pese a lo expuesto por José Mascaró Pasarius[28] publicado en el suplemento del Diario Baleares el domingo, 9 de noviembre de 1986 donde nos presenta una relación con un total de 213 voluntarios o “lista de falangistas auténticos, que en las primeras horas del Alzamiento militar en la mañana del 19 de julio se concentraron en el patio de Capitanía General” se nos antoja de nuevo alejada de la realidad, puesto que el autor cae en el error de contabilizar como falangistas auténticos o Vieja Guardia a los integrantes de otros partidos políticos como lo fueron de Comunión Tradicionalista, Renovación Española y de la CEDA llegando incluso a contabilizar como tales a los 29 militares de caballería conocidos como “Jinetes de Alcalá” que cumplían condena en el Castillo de San Carlos.
Por ello, de la documentación consultada nos hallamos en la situación de poder afirmar que la cifra anteriormente utilizada no es la real, que el número de falangistas auténticos presentados voluntariamente para empuñar las armas y colaborar con los militares a fecha del 19 de julio de 1936 no se acercan ni a la mitad de la cifra de los hasta hoy en día son dados por buenos en lo que se refiere a los falangistas de primera hora o Vieja Guardia de Palma.
De acuerdo con la documentación existente y consultada en el Archivo Municipal de Palma podemos indicar que el número exacto de falangistas dispuestos a jugarse la vida en tan arriesgada decisión en lo concerniente a la JONS de Palma apenas llegaron a 73 tal como a continuación detallamos.
En la segunda convocatoria de la sesión ordinaria del día 16 de julio de 1943 celebrada por la corporación municipal del ayuntamiento de Palma se estable la propuesta realizada por los “Grupos políticos para concesión Medalla Ciudad” indicándose en ella que “La Comisión de Cultura tiene el honor de elevar a V.E. las adjuntas propuestas de las Agrupaciones políticas F.E.-C.T.-R.E. y Ceda[29] para la concesión de la Medalla de la ciudad a sus afiliados que en la histórica jornada del 19 de Julio de 1936, salieron de Capitanía General contribuyendo eficazmente con valor y decisión al triunfo en esta capital del Glorioso Alzamiento. Palma 15 de Julio de 1943.”[30]
Posteriormente en el acta 94 correspondiente a la segunda convocatoria de la sesión ordinaria del día 3 de diciembre de 1943 se especifican los nombres de los falangistas que a “Propuesta que la Jefatura Provincial del Movimiento formula ante el Excmo. Ayuntamiento de la Capital de los falangistas que en la madrugada del 19 de julio de [sic] de 1936, concurrieron al patio de la Comandancia Militar de Baleares para sumarse al Glorioso Movimiento Nacional y que por tanto son considerados acreedores a la Medalla de la Ciudad.”
En dicha Acta se relacionan los 73 falangistas que en la madrugada del 19 de julio se presentaron voluntarios y se pusieron a disposición de las autoridades militares para colaborar en el alzamiento de estas.
RELACION NOMINAL DE FALANGISTAS DE PALMA EL 19 DE JULIO DE 1936[31] |
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N.º | Nombre y apellidos |
01 | Juan Barbará Puig |
02 | José Barbará Puig |
03 | Jaime Mulet Pou |
04 | Jaime Cerdá Juan |
05 | Gabriel Sastre Perelló |
06 | Juan Montaner Sureda |
07 | Fraterno Juan Capella |
08 | José Tous Rovira |
09 | José Fiol Oliver |
10 | Guillermo Vadell |
11 | Pedro Tomás Tomás |
12 | Juan Estrany Ramis |
13 | Miguel Gascón Cano |
14 | Guillermo Pascual Ramis |
15 | José Pons Escandell |
16 | Jaime Matas Mir |
17 | Néstor Gallego Caparrós |
18 | Miguel Oliver Lladó |
19 | José Cladera Bover |
20 | Baltasar Vich Mas |
21 | Antonio Cifre Servera |
22 | Pedro Estarellas |
23 | Pedro A. Mestre Cerdá |
24 | Rafael Palou Tugores |
25 | Bartolomé Ferrer Ribas |
26 | Gaspar Palmer Palmer |
27 | Lorenzo Juliá Horrach |
28 | Enrique Alemany Alomar |
29 | Lorenzo Florit Servera |
30 | Juan Cañellas Durán |
31 | Guillermo Vidal Comás |
32 | Damián Deyá Casanovas |
33 | Pablo Espejo Maroto |
34 | Antonio Nicolau Montaner |
35 | Francisco Barrado Zorrilla |
36 | Mateo Palmer Ferrer |
37 | Pedro Morell Gralla |
38 | Pablo Noguera Bermejo |
39 | Antonio Noguera Bermejo |
40 | Pascual Tomás Jofre |
41 | Pedro Mayol |
42 | Gabriel Sastre Perelló |
43 | Pedro Moyá Coll |
44 | Pablo Chimelis Pol |
45 | Francisco Ramonell Boix |
46 | Guillermo Cañellas Alcover |
47 | Juan Noguera Ferrer |
48 | Andrés Ginestra Marcet |
49 | José L. Cerdá Bisquerra |
50 | Manuel Isasa Navarro |
51 | Joaquín Rosiñol Fuster |
52 | Pedro Ramonell Boix |
53 | Bartolomé Ramonell Boix |
54 | José Moragues Monlau |
55 | José Luis Moragues Monlau |
56 | Antonio Moragues Argón[32] |
57 | Francisco Salva Font |
58 | Francisco Barceló |
59 | Juan Pons Escanellas |
60 | Federico Muñoz Villalonga |
61 | Miguel Puigserver Mulet |
62 | Juan Cirera Prim |
63 | Antonio Cirera Prim |
64 | Martin Pou Barceló |
65 | Rafael Blanes Nouvilas |
66 | Raimundo Gual Villalonga |
67 | Jerónimo Serra González |
68 | Pepe [sic] Felipe Moragues Monlau |
69 | Antonio Vilella Oliver |
70 | Francisco Oleza Rossiñol |
71 | Ramón Servera Moyá |
72 | José Terrasa Villalonga |
73 | Alfonso Zayas Bobadilla |
Tabla 1 Elaboración propia
Como se observa del cuadro anterior el número real de falangistas de la Vieja Guardia se encuentra muy alejado de los números y cifras barajados, pensamos que, con bastante frivolidad, por parte de los anteriores investigadores, y que aun siendo conscientes de que pudiera faltar algún nombre en la relación oficial dada por la Jefatura Provincial del Movimiento, sustitutivo de la originaria organización política de Falange, en fecha del 3 de diciembre de 1943, y a expensas de que pudieran surgir documentos que pudieran avalar lo contrario, debería darse por bueno el número de 73 y no el de la cifra de 213 falangistas señalados hasta la fecha en cuanto hace relación a los militantes de la JONS de Palma el 19 de julio de 1936.
En este punto, debemos señalar que si bien inicialmente y en función a lo establecido en el Decreto del 10 de marzo de 1942, señalando expresamente la fecha del 16 de febrero de 1936 para el reconocimiento de la militancia como Vieja Guardia a los afiliados con anterioridad a la indicada, y posteriormente modificado por el Decreto de 11 de diciembre de 1953 publicado en el Boletín del Movimiento de 1 de enero de 1954 que textualmente indica en su artículo primero: “La medalla de la Vieja Guardia creada por decreto de 10 de marzo de 1942, podrá ser solicitada y concedida a aquellos militantes cuya fecha de afiliación en los partidos unificados por decreto de 19 de abril de 1937, se encuentre entre el 16 de febrero de 1936 y el 16 de julio del mismo año, haciéndose extensivo este derecho con las características que se citan en la orden del 18 de julio de 1942, a los familiares de camaradas caídos en actos de servicio que reúnan los requisitos aludidos” ampliando y estableciendo la inicialmente indicada.
PUBLICADO en el núm. 11 del Boletín de la Asociación de Amigos del Castillo de San Carlos en abril de 2020.
[1] Eduardo Álvarez Puga. 1969 “Historia de la Falange” DOPESA 1969, pág. 6.
[2] Ibidem
[3] “La Falange en los años treinta. El fascismo en Galicia. El caso de Orense” (1931-1936) 1993
[4] “La formación de un poder omnímodo. La Falange en la Ribera Baixa (1939-1945) 1993
[5] “Feixisme a la perifèria – La Falange mediterrània (1933-1936) 1994
[6] “Las piezas perdidas de la Falange: el sur de España. 2008
[7] “Historia falangista del sur de España. 2015
[8] Estatutos presentados a la Delegación del Gobierno Civil de Baleares y registrados el 20 de febrero de 1934.
[9] “Historia de la Vieja Guardia de Baleares” 1955
[10] “Las elecciones del Frente Popular en Baleares” 1986
[11] “La Falange a Mallorca entre la República i el primer franquisme: espectre sociopolític” 2000
[12] Apenas habla sobre los militantes de Palma, en Manacor estableces la presencia de 131 afiliados cuando el que fuera Jefe Local Francisco Darder Riera Revista Perlas y Cuevas n.º 657 del sábado 23 de agosto de 1986 señala apenas una docena.
[13] A partir de febrero de 1937 existen Libros de Registro de Afiliados de las JONS Locales: Banyalbufar, Capdepera, Lloret de Vistalegre, Sant Llorenç des Cardessar, Selva y Son Servera entre otros.
[14] Orden de 12 de marzo de 1942, creando la Junta Central de Recompensas
[15] Publicación quincenal en sus inicios, cuyo número 1 fue publicado el día 5 de mayo de 1937 como consecuencia de los efectos del Decreto 255 de Unificación del 20 de abril de 1937.
[16] Gran Enciclopedia de Mallorca. Vol. 5 pág. 158. Promomallorca S.A. 1988
[17] 1936 fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular. Espasa Libros, S.L.U. Barcelona 2017
[18] Las últimas horas de José Antonio. Espasa Libros, L.S.U. Barcelona 2015
[19] Las piezas perdidas de la Falange: el sur de España. Secretariado de publicaciones de la Universidad de Sevilla. Sevilla 2008
[20] Archivo del Reino de Mallorca: Legajo 1634 Expediente 2469 4º
[21] Archivo del Reino de Mallorca: Legajo 1634 Expediente 2469
[22] Ya incluido en la relación de los 15 falangistas citados anteriormente.
[23] Historia de la Vieja Guardia de Baleares. Madrid 1955
[24] Los autores de la Gran Enciclopedia de Mallorca basándose en el recuento de realizado sobre la obra de Zayas establece y da por bueno el número de falangistas en la “part forana” de Mallorca antes del inicio de la Guerra Civil en un total de 1194 militantes cifra que consideramos excesiva y exagerada en relación con los militantes reales en tales fechas.
[25] Entre paréntesis consta la fecha documentada de ingreso en Falange.
[26] Gran Enciclopedia de Mallorca. Vol. 5 pág. 158. Promomallorca S.A. 1988
[27] “Historia de Mallorca: La década de los cuarenta. Palma 1973
[28] “Historia de Mallorca: La década de los cuarenta. Palma 1973
[29] Falange Española, Comunión Tradicionalistas, Renovación Española y Confederación Española de Derechas Autónomas.
[30] Acta 54 de la Sesión ordinaria en segunda convocatoria del 16 de julio de 1943.
[31] Acta 94 de la Sesión ordinaria en segunda convocatoria del 3 de diciembre de 1943.
[32] En la relación aparece el nombre de José Moragues, rectificado posteriormente por certificación del secretario de la Delegación de la Vieja Guardia de Baleares Pablo Chimelis Pol que indica: “figura el nombre de JOSE MORAGUES cuando en realidad debe ser el de ANTONIO MORAGUES ARGÓN” Acta 94 de la sesión ordinaria del Ayuntamiento de Palma del día 3 de diciembre de 1943.
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