PRIMERA LÍNEA

Bartomeu C. Moragues Jordà

El falangista adoptado: Francisco de Paula Sampol Cortés

A las 8 de la tarde del jueves día 11 de enero de 1934 en la madrileña calle de Alcalá esquina a la calle Sevilla, caía abatido por disparos de miembros de las Juventudes Socialistas el joven estudiante mallorquín Francisco de Paula Sampol Cortés.

Lo que para un sector de la prensa madrileña era calificados como “cobarde asesinato de un joven estudiante”[1] o “cobarde asesinato de un muchacho en la calle de Alcalá”[2], por otro recibía el suave y justificante calificativo de “la actitud provocativa de unos vendedores de “Falange Española” da origen a graves tumultos”[3] o “la venta de un periódico fascista produce lamentables incidentes”[4]; lo cierto fue que el joven mallorquín era abatido alevosamente por la espalda con varios disparos[5] realizados por miembros de las Juventudes Socialistas.

Bajo estos títulos se abría la información sobre el sangriento crimen perpetrado contra el estudiante mallorquín de 22 años de edad Francisco de Paula Sampol Cortes, por el mero y provocativo hecho de leer o llevar en las manos el semanario F.E., la excusa para la perpetración de tan «valeroso acto» era la tan manida explotación de la provocación con la cual se sustentaban los asesinatos de los simpatizantes y afiliados al movimiento nacional sindicalista.

Como consecuencia del criminal atentado fueron detenidos como presuntos autores de tan alevosa acción dos jóvenes miembros de las Juventudes Socialistas: Felipe Gómez Rey de 17 años y Manuel Contreras Santos de 14 años, el primero de ellos como autor de los disparos que segaron la vida del joven estudiante.

Sobre su militancia no existe ningún tipo de duda al respeto, su propio tío político, Aniceto Rodríguez Díaz, al ser entrevistado por redactores de la prensa madrileña negaría rotundamente su afiliación a movimiento o partido político.

Tal afirmación sería corroborada el 18 de enero por la propia organización falangista en la página 6 del número 3 del semanario F.E.: “La muerte le ha traído a nuestras filas, aunque no perteneciera a las falanges españolas su sangre ha escrito sobre el suelo de España su cédula de inscripción” concediéndole a titulo póstumo el carácter de afiliado al incipiente movimiento falangista .

Lo cierto es que su asesinato lo elevaría a tener el honor de formar parte del conocido como “telón de los caídos” como se definía y era conocido el “austero elemento decorativo y emocional para nuestros actos públicos en lugar cerrado, consistente en una superficie negra con un gran emblema de falangista – las flechas y el yugo – y los nombres de los caídos, por riguroso orden cronológico, en oro”[6].

Apenas transcurridos 72 días desde el acto del Teatro de la Comedia el incipiente movimiento falangista ya contaba con tres caídos a los que fue a sumarse en el cuarto lugar del “telón de los caídos” el falangista adoptivo como calificamos al joven estudiante mallorquín.

Francisco de Paula Sampol Cortés había nacido en Palma de Mallorca en 1912. Huérfano[7], residía en Madrid con sus tíos desde hacia dos meses tras cumplir con su servicio militar en Melilla señalando algunas informaciones a Francisco de Paula como un estudiante que compatibilizaba los estudios con el trabajo como mecánico en la Telefónica.

Lo cierto es que, al atardecer del jueves 11 de enero de 1934, Francisco de Paula Sampol Cortes era por obra y gracia de los pistoleros de las Juventudes Socialistas elevado como el cuarto caído a nivel nacional entre los simpatizantes y militantes del incipiente movimiento.

Primer mallorquín caído por sus simpatías hacia dicho movimiento y que además de tener el honor de ser incluido en la larga lista de jóvenes caídos falangistas se disputa junto a Matías Montero y Rodríguez de Trujillo[8], abatido también por los disparos de pistoleros socialistas 29 días después que Sampol, la apertura del que posteriormente sería conocido como ritual en los entierros falangistas mediante el cual los asistente al mismo saludaban brazo en alto mientras contestaban con el grito “Presente” a la voz del mando encargado de nombrar al camarada caído.

Lo cierto es que ambos caídos, Sampol y Montero, en el corto espacio de un mes establecieron la particularidad de la adopción en la militancia del primero y el abandono de la vida frívola por parte de José Antonio Primo de Rivera[9] como consecuencia de la muerte del segundo.

[1] La Nación. Diario de la noche. 12 de enero de 1934, pág. 4 Madrid.

[2] La Época. 12 de enero de 1934, pág. 5 Madrid.

[3] Heraldo de Madrid. 12 de enero de 1934, pág. 12 Madrid.

[4] El Socialista. 12 de enero de 1934, pág. 6 Madrid.

[5] Según el parte de asistencia emitido por la Casa de Socorro de la calle Augusto Figueroa ingreso con una herida en la región escapular derecha producida por bala, mortal de necesidad.

[6] Rumbos.net: “El telón de los caídos” Conferencia de Felipe Ximénez de Sandoval.

[7] De familia mallorquina, era hijo de un Catedrático del Instituto de Palma de Mallorca, según el diario La Nación.

[8] Matías Montero y Rodríguez de Trujillo. 1913 – 1934 Madrid. Cofundador del Sindicato Español Universitario – SEU, abatido por el pistolero de Vindicación Socialista Francisco Tello Tortajada en la madrileña calle de Juan Álvarez Mendizábal el 9 de febrero de 1934.

[9] Según diversos autores José Antonio Primo de Rivera se enteró del asesinato de Matías Montero al regreso de una cacería y según se relata juró en tal momento acabar con los actos frívolos en su vida.


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