En estos días del mes de agosto se conmemora el ochenta y nueve aniversario de la brutal y sangrienta represión que se ejerció contra los vencidos protagonistas del Movimiento Nacional —de carácter más militar que cívico— que tuvo lugar en la isla de Menorca entre los días 19 y 20 de julio de 1936. Aquel trágico episodio, marcado por la violencia extrema y el ánimo de castigo ejemplar, dejó una profunda huella en la memoria colectiva de la isla, simbolizando el precio que muchos pagaron por su participación en un levantamiento que, aunque breve, fue decisivo en el contexto de los primeros compases de la Guerra Civil Española.
La aplicación de lo que algunos denominaron “justicia popular” —más cercana a una expresión revolucionaria que a un verdadero sistema de Justicia— dejó un rastro de muerte y violencia a su paso por las tierras de Menorca. Diversas localidades de la isla fueron escenario de ejecuciones sumarias, en las que piquetes de milicianos se encargaron de eliminar a los prisioneros sin garantías legales, sembraron los campos de cadáveres. Así lo confirman los informes oficiales emitidos desde las alcaldías de Alayor, Ciudadela, Ferrerías, Mahón, Mercadal, San Luis y Villa Carlos, que documentan con crudeza los efectos de aquella represión implacable.
Dichos informes, además, ponen de manifiesto la escasa participación civil en el Movimiento, explicada en parte por la débil organización de los sectores civiles y por las organizaciones políticas afines y, en muchos casos, por la percepción generalizada de que se trataba de una acción fundamentalmente militar. Esta interpretación aparece reflejada en los expedientes números 28 y 29 de la Causa General 1458, donde se subraya que la mayoría de los simpatizantes civiles no se involucraron activamente al considerar que el levantamiento no tenía un carácter cívico-popular sino estrictamente castrense.
Entre las siete poblaciones mencionadas —Alayor, Ciudadela, Ferrerías, Mahón, Mercadal, San Luis y Villa Carlos—, únicamente en tres se consignan nombres de civiles que colaboraron con el Movimiento y que, en consecuencia, se pusieron a disposición de las autoridades militares.
En Alayor se identifican cinco personas que antes del 19 de julio, se habían dedicado a distribuir propaganda de Falange Española: Gabriel Camps Cardona, Juan Florit Morla, Gabriel Mascaró Gomila, Juan Pons Andreu y Martín Timoner Pons. En San Luis, los informes recogen los nombres de tres individuos: los falangistas Gabriel Orfila Orfila y Francisco Pons Rotger, así como Mateo Salord Font, este último señalado como simpatizante del ideario nacionalsindicalista. Por último, en Ferrerías se documenta la participación de siete personas, sin que se precise su grado de militancia política, que a su vez fueron reconocidas como colaboradores del Movimiento. Sus nombres son: José Alles Coll, Damián Alles Florit, Jaime Borrás Mercadal, Juan Florit Goñalons, Pedro Mascaró Alles, Antonio Pons Coll y Bartolomé Pons Florit. Estas quince personas constituyen el total de civiles relacionados formalmente con el alzamiento en el ámbito menorquín, según los registros disponibles.
En cuanto a las víctimas, de los más de doscientos asesinados durante el período conocido como “De la revolución marxista en Baleares” —comprendido entre el 19 de julio de 1936 y el 9 de febrero de 1939—, tan solo veintitrés han podido ser identificados con certeza como miembros de Falange Española, gracias a las declaraciones de familiares y allegados recogidas en las diligencias judiciales. Estos veintitrés falangistas, cuyas identidades se enumeran a continuación en orden alfabético, representan una parte significativa del coste humano que supuso la militancia política en las filas del movimiento nacionalsindicalista:
AIZPURU MARISTANY, JUAN DE |
45 años |
Capitán Intendencia |
ALVAREZ BENEJAM, ANTONIO |
45 años |
Comandante Infantería |
CASALÉ GÓMEZ, DIEGO |
42 años |
Capitán Infantería |
COLL VINENT, Javier |
24 años |
Maestro |
GOMILA FONTCUBERTA, FRANCISCO |
29 años |
Teniente Infantería |
GRANELL RUÍZ, MIGUEL |
23 años |
Estudiante |
JIMÉNEZ VERGER, Francisco |
49 años |
Comandante Artillería |
JOFRE MESTRE, ANGEL |
26 años |
Teniente Infantería |
LLANERAS FERRER, MANUEL |
28 años |
Teniente Infantería |
MARQUÉS CURSACH, JOSÉ |
39 años |
Constructor carruaje |
MARTORELL MONAR, GABRIEL |
46 años |
Comandante Infantería |
MONZÓ FRANCÉS, ANTONIO |
24 años |
Teniente Artillería |
MOTA CALDERON, MARCELINO |
22 años |
Estudiante y alumno de la Academia de Artillería |
PASQUÍN DABAN, JOSÉ MARÍA |
28 años |
Teniente Navío |
PAX ESTELA, BERNARDO |
36 años |
Capitán Infantería |
PERELLÓ CERDÓ, RAFAEL |
54 años |
Teniente Coronel Infantería |
SANCHO JORDÁ, RAMÓN |
44 años |
Comandante Ingenieros |
SANDOVAL LUNA, PEDRO |
48 años |
Teniente Ingenieros |
SAURA SINTES, GABRIEL |
40 años |
Propietario |
SUÑER MAS, JUAN |
19 años |
Estudiante |
TRIAY LIGUERZANA, BARTOLOME |
46 años |
Agente Comercial |
VICTORY SASTRE, ALFONSO |
19 años |
Mecánico dentista |
VILA OLARIA, MIGUEL |
34 años |
Teniente Carabineros |
De los veintitrés identificados como falangistas asesinados durante la dominación por parte de las fuerzas y milicias de izquierdas leales a la República en Menorca, un total de quince pertenecían al ámbito militar. Estos hombres, además de ejercer su profesión castrense, portaban el agravante —según la terminología represiva de la época— de estar afiliados o vinculados ideológicamente al movimiento nacionalsindicalista y por lo tanto de ser fascistas. Los ocho restantes eran civiles, cuya adscripción política o simpatía por la Falange Española también le valió la condena a muerte.
La distribución cronológica de sus asesinatos da cuenta del carácter sistemático de la represión. Tres de ellos fueron ejecutados el 2 de agosto; once más fueron fusilados al día siguiente, es decir el día 3. Posteriormente, otro fue asesinado el 13 del mismo mes, uno más el 29 de octubre, seguido por una nueva víctima el 16 de noviembre y cuatro lo fueron el 18 de ese mismo mes de noviembre. El penúltimo fue ejecutado el 23 de enero de 1939, y la lista se cierra con el último falangista asesinado el 1 de febrero del mismo año 1939, apenas días antes del final de la guerra en Menorca.
La nómina de los caídos se abre con el capitán de Infantería Diego Casalé Gómez, de 45 años, quien fue ejecutado en Es Freus el 2 de agosto. Ese mismo día fue fusilado el teniente de Carabineros Miguel Vila Olaria, de 34 años, en la Fortaleza de La Mola. Junto a ellos figura Juan Suñer Mas, un joven estudiante de tan solo 19 años, detenido en Cabrera y ejecutado en S’Hort d’en Morillo junto a su padre el payes de cincuenta años Damián Suñer Mascaró y a su hermano de diecisiete años Gaspar Suñer Mas, sin que exista evidencia alguna de la militancia falangista de estos dos últimos.
El 3 de agosto, en la misma Fortaleza de La Mola, se produjo una de las matanzas más significativas. Fueron pasados por las armas: Antonio Álvarez Benejam, comandante de Infantería de 45 años, Francisco Gomila Fontcuberta, teniente de Infantería de 29 años, Francisco Jiménez Verger, comandante de Artillería de 49 años, Ángel Jofre Mestre, teniente de Infantería de 26 años, Manuel Llaneras Ferrer, teniente de Infantería de 28 años, Gabriel Martorell Monar, comandante de Infantería de 46 años, Antonio Monzó Francés, teniente de Artillería de 24 años, Marcelino Mota Calderón, estudiante y alumno de la Academia de Artillería de 22 años, José María Pasquín Dabán, teniente de Navío de 28 años, Rafael Perelló Cerdó, teniente coronel de Infantería de 54 años y Ramón Sancho Jordá, comandante de Ingenieros de 44 años.
El 13 de agosto, en el kilómetro 14 de la carretera que une Ciudadela con Mahón, fue asesinado Gabriel Saura Sintes, propietario rural de 40 años.
El 29 de octubre, en Ciudadela, fue asesinado José Marqués Cursach, constructor de carruajes de 39 años, quien —según los testimonios— se resistió con firmeza y valor antes de ser abatido por la espalda.
El 16 de noviembre, en la carretera entre Ciudadela y Mahón, fue asesinado Bartolomé Triay Liguerzana, agente comercial de 46 años.
Dos días más tarde, el 18 de noviembre, se cometió una nueva ejecución múltiple en Cala Figuera. Allí fueron asesinados: Juan de Aizpuru Maristany, capitán de Intendencia de 45 años. Miguel Granell Ruíz, estudiante de 23 años. Bernardo Pax Estela, capitán de Infantería de 25 años y Alfonso Victory Sastre, mecánico dentista de 19 años.
El 23 de enero de 1939, en la provincia de Lérida, fue ejecutado Javier Coll Vinent, maestro de 24 años. Había sido detenido en Menorca y posteriormente trasladado a la península, donde fue fusilado.
Finalmente, el 1 de febrero de 1939, en Los Pujols (provincia de Gerona), fue asesinado Pedro Sandoval Luna, teniente de Ingenieros de 48 años. Como Coll Vinent, también había sido trasladado desde Menorca a la península.
Ambos —Coll Vinent y Sandoval Luna— figuran entre las últimas víctimas del régimen republicano antes del colapso definitivo del frente catalán en 1939.
Es llamativo que Alfonso de Zayas y de Bobadilla, en su conocida obra dedicada a la Vieja Guardia de Falange Española de Baleares, recoja únicamente el nombre de Juan Suñer Mas entre los setenta y siete falangistas baleares que figuran en su relación. Esta omisión resulta particularmente sorprendente, dado que los registros históricos y judiciales confirman la identidad de otros veintidós falangistas asesinados en la isla de Menorca durante la contienda.
Fuentes consultadas:
NEGREIRA PARETS, Juan José: Barbarie Roja en el mar. Menorca 1936, violencia, represión y muerte. Madrid 2023.
NEGREIRA PARETS, Juan José: La Guerra Civil en Cabrera. Un microcosmos mediterráneo del drama. Madrid 2024.
ZAYAS y de BOBADILLA, Alfonso de: Historia de la Vieja Guardia de Baleares. Madrid 1955.
Causa General de la provincia de Islas Baleares. Archivo Histórico Nacional
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