El municipio de Calviá, situado en el extremo occidental de la isla de Mallorca, presenta una geografía diversa que se extiende desde las zonas montañosas de la Serra de Tramuntana hasta un litoral intensamente recortado que alcanza los 39 kilómetros de longitud.
En la década de 1930, este territorio contaba con una población de hecho de 2.617 habitantes, distribuidos principalmente en dos núcleos urbanos del interior: Calviá Vila y Es Capdella ya que la zona costera aparecía prácticamente despoblada; concentrando su población en el interior agrícola de dicho municipio.
La actividad industrial en Calvià era prácticamente inexistente. Solo se tiene constancia de la existencia de dos pequeñas fábricas: una de cemento y otra dedicada a la producción de yeso o escayola. La economía local se sustentaba casi exclusivamente en la agricultura tradicional, con cultivos típicos del clima mediterráneo como el olivo, el almendro y el algarrobo.
Calvià se caracterizaba por ser un municipio rural, con escasa población, economía agraria y prácticamente sin presencia industrial. A pesar de este contexto, existía una notable organización obrera de orientación socialista, destacando entre ellas la Federación Obrera Calvianera, vinculada a la Unión General de Trabajadores, así como otras asociaciones como La Fraternal y la Unión Agraria de Calvià.
Según el testimonio de Alfonso de Zayas, no fue hasta mediados de mayo de 1936 cuando empezaron las primeras reuniones entre los elementos enviados desde la Jefatura de Palma: Néstor Gallego y Pablo Chimelis y un grupo de vecinos de la localidad encabezado por el industrial Juan Alemany Enseñat, de 52 años de edad, propietario del cine Sa Central de Calvià. Junto a él participaron nueve vecinos más: Miguel Bonet Vicens, Guillermo Mascaró Marroig, Antonio, Mateo, Miguel y Sebastián Quetglas Vicens, Sebastián Sastre Estades, Antonio Serra Rosselló y Jaime Vidal Oliver, concretamente el día 12 de mayo.

La documentación consultada señala que el primer afiliado a Falange en Calviá fue precisamente Juan Alemany Enseñat, quien se dio de alta el 1 de enero de 1936. Posteriormente, el 15 de junio del mismo año, se registró el ingreso de siete nuevos miembros: Miguel Bonet Vicens, jornalero de 28 años; Guillermo Mascaró Marroig, labrador de 36 años; Antonio Quetglas Vicens, jornalero de 48 años; Jaime Vidal Oliver, jornalero de 42 años; Miguel Quetglas Vicens, chófer de 37 años; Antonio Serra Rosselló, chófer de 33 años; y Sebastián Quetglas Vicens, herrero también de 33 años. Por su parte, Sebastián Sastre Estades, jornalero de 24 años, se incorporó a la organización el 12 de noviembre de 1936.
En total, se tiene constancia documental de 50 personas afiliadas a la Falange en el municipio de Calvià. De ellas, solo una —Juan Alemany Enseñat— había formalizado su adhesión antes de las elecciones generales de febrero de 1936. Dieciocho nuevos afiliados ingresaron antes del alzamiento cívico-militar del 19 de julio de ese mismo año; veintitrés se sumaron entre esa fecha y el 19 de abril de 1937; otros seis lo hicieron tras la promulgación del Decreto de Unificación, mientras que en dos casos no se dispone de información concreta sobre la fecha de su afiliación.
Resulta llamativo que, de los diecinueve falangistas de Calvià que cumplían los requisitos establecidos para solicitar la Medalla de la Vieja Guardia, solo tres la recibieron: Antonio Serra Rosselló y Jaime Vidal Oliver —ambos dados de alta el 15 de junio de 1936— y Sebastián Sastre Estades, cuyo ingreso se produjo el 12 de noviembre del mismo año.
Arxiu Municipal de Calviá.
MORAGUES JORDA, Bartomeu C. (2025) Los primeros falangistas mallorquines, Madrid: SND
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