Localidad situada en pequeño valle de la vertiente meridional de la Serra de Tramuntana, atravesada por el Torrent de Sant Pere, que a su paso por el casco urbano cambian su nombre al de Torrent d’Esporles.

Comunidad eminentemente rural, con una economía basada en la agricultura, donde destacaba el cultivo del olivo, el almendro y en menor medida de los cereales, complementada por unas pequeñas explotaciones ganaderas de pequeños rebaños

Desde finales del siglo XIX y durante gran parte del siglo XX, el sector agrario se vio reforzado con un segundo motor económico que marcó profundamente la vida social de dicha población: la industria textil.

Dicho sector, el textil, se convirtió en una de las principales fuentes de empleo del municipio, complementando, a su vez, la economía agraria y propiciando una cierta estabilidad laboral para buena parte de la población, sobre todo la femenina. Según el censo de 1930, el municipio tenía entonces 3.098 habitantes.

La presencia de la Falange en Esporles, al igual que ocurre en muchas otras localidades, es difícil de reconstruir con exactitud debido a la falta de documentación conservada. En el caso concreto de la JONS de Esporles, no se dispone de datos fiables que permitan establecer con certeza la fecha exacta de su creación ni la importancia real de sus militantes en el municipio.

Según Alfonso de Zayas, el movimiento falangista local se habría creado “a principios de 1936” por Mateo Palmer Ferrer, que con el tiempo llegaría a convertirse en jefe provincial de las Milicias falangistas. En aquellos momentos, Mateo Palmer ejercía como médico en la localidad y habría reunido a su alrededor un reducido grupo de militantes: Jaime Arbos Moranta; Baltasar Bosch Sastre, Guillermo Llaneras Nadal, Jaime Matas Mir, Jaime Nicolau Mesquida, Juan Riutort Mulet, Gaspar Sabater Llinás y Jaime Salva Riutort.

Muchos de estos militantes, de primera hora, se encontraban encuadrados en distintas escuadras de la JONS de Palma, distante apenas unos 15 kilómetros del municipio.

La realidad es que no se ha podido establecer un censo preciso de los primeros militantes falangistas de Esporles. Los testimonios orales consultados apuntan a la destrucción de los archivos locales -fichas y libros de registro de afiliación- sugiriendo la intervención de un familiar directo de alguno de los primeros afiliados.

Uno de los errores más habituales en el análisis posterior es considerar como “falangistas” a todos los detenidos o represaliados pertenecientes a organizaciones de derechas.

Durante los años de la República y la Guerra Civil, era frecuente que desde algunos sectores de la izquierda se utilizara el término “fascista” de forma indiscriminada para referirse a cualquier militante conservador, de derechas o perteneciente a organizaciones o congregaciones católicas además de los auténticos falangistas, lo que ha contribuido a una notable confusión en la verdadera interpretación histórica real del movimiento falangista.

Un buen ejemplo de esta distorsión lo encontramos en el grupo de doce detenidos que fueron arrestados junto al sacerdote Antonio Trías Bosch el 17 de abril de 1936. Muchos de ellos pertenecían en realidad a la Congregación Mariana —asociación de carácter religioso dirigida por el propio sacerdote— y no a la Falange. Es el caso de Francisco y Gabriel Calafell Nadal o Francisco Moranta Morey. Otro ejemplo es el de Sebastián Trías Vich, que no era falangista, sino jefe local de las Juventudes de Acción Popular -JAP-.

A esta confusión contribuye también la afirmación del propio Zayas, quien escribió: “A la mañana siguiente encontramos durmiendo en el suelo al párroco de Esporlas, en compañía del juez municipal y once camaradas más”. Resulta llamativo que en este texto no se mencione expresamente la presencia de Mateo Palmer Ferrer, pese a su relevancia como líder local de Falange, lo que añade aún más ambigüedad a la interpretación de los hechos.

Curiosamente los dos únicos falangistas que se han podido identificar documentalmente son Jaime Gomila Mora y Jaime Salva Riutort. Ambos aparecen citados como falangistas con fecha del 30 de julio de 1936, en un documento manuscrito fechado el 28 de noviembre del mismo año. Escrito remitido al “Sr Jefe local de F.E. de Esporlas” por el Juez Militar comandante Ricardo Nouvilas Ruiz.