Formentera, la menor de las cuatro islas habitadas del archipiélago balear, ofrece, junto con Mallorca, uno de los testimonios más relevantes sobre los primeros pasos en la implantación del movimiento nacionalsindicalista en el archipiélago. De manera llamativa, dentro del conjunto que conforman las islas de Ibiza y Formentera, fue precisamente esta última la que tomó la iniciativa en las gestiones destinadas a consolidar la creación de la JONS local de Formentera.
Ubicada al sureste de la mayor de las Pitiusas —Ibiza—, Formentera se halla separada de ella por tan solo 3,6 kilómetros, distancia que cruza el estrecho conocido como Es Freus. Con una superficie aproximada de 83 km², la isla contaba, según el censo de 1930, con una población de hecho de 2.929 habitantes. Estos se distribuían principalmente entre la capital, San Francisco Javier, el puerto de La Savina —principal punto de acceso a la isla—, Es Caló de Sant Agustí y El Pilar de la Mola. La economía local se sustentaba en actividades tradicionales como la agricultura, la pesca y la producción de sal, pilares fundamentales que garantizaban la subsistencia de sus pobladores.
En una carta sin datar, el joven, 20 años, estudiante de Magisterio Francisco Aloy Manera, natural de Montuiri se dirigía al entonces secretario provincial de Falange Española Antonio Nicolau Montaner. En su escrito, Aloy relataba el inicio del intercambio epistolar con el jefe de Provincias de Falange, Emilio Alvargonzález, quien, a su vez, le indicaba la conveniencia de establecer contacto con Nicolau, con el objetivo claro expresado por el propio Alvargonzález de: “Unificar la marcha del Movimiento en estas islas (Baleares)”
De este modo se iniciaban los primeros contactos para la futura organización que, con el tiempo, se consolidaría como la JONS de Formentera. Estos vínculos iniciales, basados en el intercambio de correspondencia, marcaron el punto de partida para la presencia estructurada del movimiento en la isla. Resulta llamativo que, entre las cuatro islas mayores del archipiélago balear, la JONS de Formentera —después de la de Mallorca— sea la que aporta una de las documentaciones más abundantes y detalladas sobre el proceso constitutivo de su representación local.
La primera de estas comunicaciones fue seguida por una segunda carta dirigida a la Jefatura Provincial, en la que se informaba del interés de afiliación de tres nuevos militantes: José Costa Juan, Antonio Tur Tur y Juan Serra Torres, además del ya mencionado Francisco Aloy Manera.
A través de este intercambio epistolar se precisaron los requisitos necesarios para la expedición de los carnés correspondiente. Entre la información solicitada figuraba un punto esencial: “Si desea ser militante o tan solamente adherido, es decir, si quiere ser de acción o de protección”, es decir que el futuro militante dejara constancia expresa de la voluntad respecto a su grado de implicación dentro de la organización. En este sentido, debía indicarse si deseaba ser militante -es decir, miembro activo, comprometido en acciones- o únicamente adherido, condición que implicaba una participación más limitada, orientada a brindar apoyo o protección sin intervenir directamente en las actividades operativas del movimiento falangista
De forma curiosa, por la mediación de Francisco Aloy Manera, con fecha del 18 de diciembre de 1934 se les comunicaba el nombramiento como jefe de la JONS de Formentera a Juan Serra Torres, mientras que era designado como secretario de la organización en la isla Antonio Tur Tur, mediante la concisa orden de: “Haz llegar a su destino las cartas que te adjuntamos. Acata los nombramientos indicados y hazlos acatar”
Según señala Alfonso de Zayas, el 21 de febrero de 1935 se remitió la relación oficial de las personas que solicitaban su afiliación a Falange Española. En dicha lista figuraban seis aspirantes, cuyas identidades y ocupaciones fueron detalladas con precisión: Francisco Aloy Manera, estudiante de 20 años; José Costa Juan, albañil de 40 años; Juan Serra Ferrer, empleado de comercio de 45 años; Juan Serra Torres, mecánico de 36 años; Bartolomé Torres Planells, cartero de 29 años y Antonio Tur Tur, secretario del Ayuntamiento, también de 29 años.
Es este un documento que no solo servía como registro formal de los interesados, sino que además nos refleja la diversidad de las procedencias profesionales y las edades de quienes, decidían incorporarse en las filas de la Falange.
Entre el 14 y el 17 de junio de 1935 tuvo lugar un intercambio epistolar entre el recién nombrado jefe local de las JONS en Formentera y el secretario provincial, Antonio Nicolau. En dichas cartas se hacía alusión a una “relación de individuos que desean pertenecer a F.E. como militantes”, aunque no se conserva el contenido exacto de esa lista inicial.
No obstante, la documentación disponible permite saber que no fue hasta el 14 de noviembre del mismo año cuando quedó registrada oficialmente la composición de la agrupación local. En esa fecha, Juan Serra remitió un escrito en el que se enumeraban los doce afiliados de las JONS de Formentera, todos ellos provistos de su correspondiente carné de militante. La relación, acompañada de los cargos y ocupaciones de cada miembro, era la siguiente:
- Juan Serra Torres, mecánico, jefe Local.
- Juan Costa Juan, albañil, jefe de Propaganda.
- Antonio Tur Tur, oficial del Ayuntamiento, secretario Local.
- José Matéu Gasull, médico.
- Bartolomé Torres Planells, cartero.
- Juan Serra Ferrer, comerciante.
- José Ribas Mayáns, jornalero.
- Antonio Ribas Mayáns, mecánico.
- Antonio Serra Marí, mecánico.
- José Castelló Mayáns, empleado municipal.
- Antonio Jaume Fullan, jornalero.
- José Costa Yern, jornalero.
De este modo, el documento de noviembre constituye la primera constancia formal y detallada de la militancia falangista en la isla, ofreciendo un retrato preciso de los nombres, oficios y responsabilidades de sus integrantes.
En lo que respecta a las fechas de afiliación a la JONS local de Formentera, la documentación conservada permite identificar dos momentos clave en 1935. El primero corresponde al 21 de febrero, cuando se registró el alta de seis militantes: el mallorquín Francisco Aloy Manera, de 20 años; el ibicenco Bartolomé Torres Planells, de 29 años; y cuatro vecinos de Formentera: José Costa Juan, de 40 años; Juan Serra Ferrer, de 45; Juan Serra Torres, de 36; y Antonio Tur Tur, de 29.
El segundo momento tiene lugar el 14 de noviembre del mismo año, fecha en la que aparecen inscritos como nuevos militantes José Castelló Mayáns, José Costa Yern, José Matéu Gasull, José Ribas Mayáns, Antonio Serra Marí, Antonio Jaume Fullana y Antonio Ribas Mayáns. A este grupo se suma también el sargento de Infantería Lucas Ramón Cardona, de 41 años, cuya incorporación eleva el total documentado a catorce afiliados en la JONS de Formentera para finales de 1935.
De los catorce falangistas cuya afiliación está documentada, y según consta en la declaración realizada por el jefe del Puesto de la Guardia Civil de Formentera, “las personas más destacadas que tomaron parte en el Movimiento [el 19 de julio de 1936] fueron los dirigentes de la Falange”, todos ellos bajo el mando de su jefe local, Juan Serra Torres.
En el informe citado, únicamente se mencionan por su nombre siete de ´los catorce militantes documentados: José Costa Juan, José Matéu Gasull, Antonio Tur Tur, Juan Serra Ferrer, Antonio Serra Torres, Bartolomé Torres Planells y Lucas Ramón Cardona. Cabe señalar que estos dos últimos —Torres Planells y Ramón Cardona— fueron asesinados posteriormente por milicianos marxistas.
Asimismo, en un informe complementario remitido a instancias judiciales por la propia Jefatura Local de Formentera, y firmado por Juan Serra, se detallan aspectos adicionales sobre la participación de estos militantes en el desarrollo de los acontecimientos:
“Los únicos fusilamientos efectuados en esta isla, fueron los del Sr. Cura de Ntra. Srª del Pilar y los dos camaradas antes mencionados, cuyos cadáveres se supone fueron hechados [sic] al mar. Dichos fusilamientos los efectuaron el día del desembarco y destrozaron también las tres iglesias parroquiales y en los domicilios de los derechistas, que detuvieron en número de unos cincuenta, robaron algunas alhajas de oro y algún dinero, limitándose en algunos, a registrar sin causar otros daños”
En una declaración realizada en 1942 ante el Juez de Primera Instancia, Bartolomé Torres Pujol relató los hechos que rodearon la desaparición y muerte de su hijo, Bartolomé Torres Planells, de 31 años, cartero de profesión. Manifestó que desconocía tanto el lugar como las circunstancias exactas de su detención, pero recordó que, el 7 de agosto de 1936, su hijo, “temiendo a los rojos, abandonó su domicilio con el propósito de esconderse y seguramente fue asesinado por los rojos el día veinte y uno de agosto de mil novecientos treinta y seis” y que, según sus sospechas, fue asesinado por milicianos de ideología marxista, siendo su cuerpo encontrado posteriormente en la playa de Formentera.
Por su parte, en declaración fechada el 10 de diciembre de 1942 ante el mismo Juzgado de Primera Instancia, Manuela Torres Planells, viuda del sargento de Infantería Lucas Ramón Cardona, de 41 años, ofreció su testimonio sobre la detención y ejecución de su marido. Afirmó que el 7 de agosto de 1936 fue arrestado “por Juan Peret, de Formentera, y cuatro milicianos forasteros”, siendo trasladado a la Sociedad de Izquierdas de la isla. Según su declaración, aquella misma tarde fue fusilado “por los rojos” en el muelle de Formentera, arrojándose su cadáver al mar, sin que nunca llegara a ser recuperado.
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